El Rosario

Apologética Católica 28 de jul. de 2022

La palabra rosario proviene del latín y significa guirnalda de rosas, siendo la rosa una de las flores usada para simbolizar a la Virgen María. Si preguntaras cuál objeto es el más emblemático de los católicos, probablemente te responderían: «El rosario, por supuesto».

Tras el concilio Vaticano II, el rosario cayó en relativo desuso. Lo mismo pasó con las devociones marianas en general. Pero en los últimos años, el rosario ha vuelto, y no solo entre católicos. Muchos protestantes ahora rezan el rosario, reconociéndolo como una forma de oración realmente bíblica—después de todo, las oraciones que lo componen provienen principalmente de la Biblia.

El rosario es una devoción en honor a la Virgen María. Consiste en un conjunto determinado de oraciones específicas. Primero están los rezos introductorios: un Credo de los Apóstoles, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y un Gloria.

El Credo de los Apóstoles  

El Credo de los Apóstoles se llama así no porque haya sido compuesto por los apóstoles mismos, pero porque el credo expresa sus enseñanzas. La forma original del credo se empezó a usar alrededor del año 125 d.C., y la versión actual data de los años 400s. El credo dice lo siguiente:

«Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Credor del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa Virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.»

Los protestantes más tradicionales pueden recitar el Credo de los Apóstoles sin remordimientos, aunque a algunas líneas deben darle significados diferentes a los dados por los católicos. Por ejemplo, cuando nosotros los católicos decimos "la santa Iglesia Católica", nos referimos a una iglesia particual e identificable. Los protestantes suelen reinterpretar esto para referirse a una "iglesia invisible" que incluye a todos los "verdaderos creyentes" en Jesús. Esto a pesar de que el término "católica" ya se usaba para referirse a una Iglesia particular y visible en el siglo II y ya había perdido su significado más amplio de "universal".

El Padre Nuestro

La siguiente oración en el rosario—el Padre Nuestro—es aún más aceptable para los Protestantes porque Jesús mismo la enseñó a sus discípulos.

En la Biblia aparece en dos versiones ligeramente distintas (Mateo 6:9-13 y Lucas 11:2-4). La versión que aparece en Mateo es la que dicen todos los cristianos.

El Ave María

La siguiente oración en el rosario, y la que realmente está en el centro de la devoción, es el Ave María. Ya que el Ave María es una oración dedicada a María, muchos protestantes asumen que no es bíblico. Todo lo contrario—veámoslo.

La oración empieza, «Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo». Esto no es más que el saludo que el Angel Gabriel le dió a María en Lucas 1:28. La siguiente parte dice esto, «Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús». Esto es exactamente lo que lo que la prima de María, Isabel, le dijo a ella en Lucas 1:42. Lo único que se le ha agregado a estos dos versículos son los nombres "Jesús" y "María", para dejar en claro a quién se refiere. Así que la primera parte del Ave María es totalmente bíblica.

La segunda parte del Ave María no está tomada directamente de Las Escrituras, pero es completamente bíblica en lo que expresa:

«Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.»

Algunos protestantes se oponen a decir «Santa María» porque afirman que María era una pecadora como el resto de nosotros. Pero María era cristiana (la primera cristiana, en realidad, la primera en aceptar a Jesús; ver Lucas 1:45), y de hecho en la Biblia los cristianos son llamados santos (Efesios 1:1, Filipenses 1:1, Colosenses 1:2). Además, como madre de Jesucristo (Dios mismo hecho hombre) María fue ciertamente una mujer muy santa.

Algunos otros protestantes también se oponen al título de «Madre de Dios», pero el título no significa que María sea mayor en edad que Dios; significa que la persona que nació de ella era una persona divina, no una humana. (Jesús es una sola persona, la divina, pero tiene dos naturalezas, la divina y la humana). La negación de que María tenía a Dios en su vientre es una herejía conocida como nestorianismo (que afirma que Jesús era dos personas, una divina y otra humana), que ha sido condenada desde principios del siglo IV d.C. y que los académicos protestantes siempre han rechazado.

¿Otro mediador?

La línea más problemática para los no-católicos suele ser la última: «ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte». Muchos no-católicos piensan que rezar tal cosa niega la enseñanza de 1era de Timoteo 2:5: «Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre él también». Pero en los cuatro versículos anteriores (1era de Timoteo 2:1-4), Pablo instruye a los Cristanos a orar unos por otros, lo que significa que no puede interferir con la mediación de Cristo: «Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres... Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador».

Sabemos que esta exhortación a rezar por otros aplica también a los santos en el cielo que, como revela Apocalipsis 5:8, interceden por nosotros ofreciendo nuestras oraciones a Dios: «Cuando tomó el libro, los cuatro Seres Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron ante el Cordero. Cada uno tenía un arpa, y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los Santos».

El Gloria

El cuarto tipo de rezo encontrado en el rosario es el Gloria: «Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.» El Gloria es un breve himno de alabanza en el que todos los cristianos se pueden unir. Se ha usado desde el cuarto siglo (aunque su versión actual data del séptimo siglo) y tradicionalmente se ha recitado al final de cada Salmo en la Liturgia de las Horas.

La oración final

Ya hemos cubierto todas las oraciones excepto la última, que suele ser el Salve Regina. Es la oración mariana más recitada después del Ave María y fue compuesta al final del onceavo siglo. En general se dice así (hay distintas variantes):

«Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!»

Así que esas son las oraciones del rosario. Entre las oraciones introductorias y las de conclusión, está la carne del rosario: las decenas. Cada decena—hay quince en un rosario completo (que toma como 45 minutos en rezarse)—está compuesto de 10 Ave Marías. Cada decena se empieza con un Padre Nuestro y se termina con un Gloria, por lo que cada decena tiene 12 oraciones en realidad.

Cada decena está dedicada a un misterio sobre la vida de Jesús o de su madre. Aquí la palabra misterio se refiere a una verdad de fe, no a algo incomprensible. Los quince misterios (o decenas) están divididos en tres grupos de cinco: los Gozosos, los Dolorosos, y los Gloriosos. Cuando la gente dice que va a "rezar el rosario", por lo general se refieren a rezar cualquier conjunto de 5 misterios (lo que lleva unos 15 minutos) en lugar de recitar los quince misterios. Veamos a detalle los misterios.

La Meditación es Clave

Cuando los católicos recitan las doce oraciones que conforman una decena del rosario, meditan el misterio asociado con esa decena. Si simplemente recitan las oraciones, ya sea en voz alta o en silencio, se están perdiendo de la esencia del rosario. Algunos críticos, sin conocer la parte de la meditación, imaginan que el rosario debe ser aburrido, inútilmente repetitivo y sin sentido. Cristo prohibió la repetición sin sentido (Mateo 6:7), pero la Biblia misma prescribe algunas oraciones que involucran repetición. Basta con mirar el Salmo 136, que es una letanía (una oración con un estribillo recurrente) destinada a ser cantada en el templo judío. En el salmo, el estribillo es «¡porque es eterno su amor!». A veces en el Salmo 136, el estribillo comienza antes de que se termine una oración, haciéndolo más repetitivo que el rosario incluso, a pesar de que este salmo fue escrito directamente bajo la inspiración de Dios.

Los Misterios Gozosos son estos: la Anunciación (Lucas 1:26-38), la Visitación (Lucas 1:40-56), la Natividad (Lucas 2:6-20), la Presentación de Jesús en el Templo (Lucas 2:21-39), y el Hallazgo del Niño Jesús en el Templo (Lucas 2,41-51).

Luego vienen los Misterios Dolorosos: la Agonía en el Huerto (Mateo 26:36-46), la Flagelación (Mateo 27:26), la Coronación de Espinas (Mateo 27:29), la Carga de la Cruz (Juan 19:17), y la Crucifixión (Lucas 23:33-46).

Los Misterios finales son los Gloriosos: la Resurrección (Lucas 24:1-12), la Ascensión (Lucas 24:50-51), la Bajada del Espíritu Santo (Hechos 2:1-4), la Asunción de María al Cielo, y su Coronación.

A excepción de estos dos últimos misterios, cada uno es explícitamente bíblico. Es cierto que la Asunción y la Coronación de María no se mencionan explícitamente en la Biblia, pero tampoco son contrarias a ella, por lo que no hay razón para rechazarlas de inmediato sólo porque sí.

Los Orígenes del Rosario

Comúnmente se dice que Santo Domingo, el fundador de la Orden de Predicadores (los dominicos), instituyó el rosario. Pero, de hecho no. Ciertas partes del rosario son anteriores a Domingo, otras surgieron hasta después de su muerte.

Siglos antes de Santo Domingo, algunos monjes habían comenzado a recitar los 150 salmos con regularidad. Conforme pasó el tiempo, se consideró que los hermanos laicos, llamados conversi, deberían tener alguna forma de oración propia. Eran diferentes a los monjes y una de las principales distinciones es que eran analfabetos. Como no podían leer los salmos, no podían recitarlos con los monjes. Necesitaban una oración fácil de recordar.

La primera oración escogida fue el Padrenuestro y, según las circunstancias, se rezaba cincuenta o cien veces. Estos conversi usaban rosarios para llevar la cuenta, y los rosarios se conocían entonces como Paternosters ("Padres Nuestros").

Los rosarios que originalmente se usaban para contar los padrenuestros se usaron, durante el siglo XII, para contar las Ave Marías, o al menos la primera mitad de lo que ahora llamamos Ave Marías. (La segunda mitad se agregó algún tiempo después).

Tanto católicos como no católicos, a medida que aprenden más sobre el rosario y hacen un uso más frecuente de él, llegan a ver cómo sus meditaciones recuerdan la dulce fragancia no solo de la Madre de Dios, sino del mismo Cristo.

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Este artículo fue adaptado al español del artículo original 'The Rosary' de Catholic Answers.

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