Incluso si fuera permisible venerar a María, ¿por qué lo haría? Al fin y al cabo, no es un requisito para salvarme

Apologética Católica 12 de dic. de 2023

Hay muchas cosas que tenemos en común los católicos y los evangélicos. Pero, uno de los diferenciadores más notorios es nuestra veneración por María. Habrán algunos evangélicos que sean más reservados que otros, así como habrán algunos católicos que sean más devotos de María que otros. Pero, por lo general, la distinción entre cristianos evangélicos y cristianos católicos queda evidente al momento de hablar de María.

Existen muchos argumentos bíblicos en favor de la postura católica frente a la Madre de Cristo, y tenemos varios de ellos aquí en farodefe.org. Pero, en ocasiones, incluso cuando existen razones intelectuales para venerar a María con entusiasmo, hay obstáculos emocionales.

Una figura que recientemente me ha ayudado a acercarme con María, y que quizás podrá ayudar a quienes experimentan un obstáculo emocional para venerarla, es la de Jonás. Así como Jonás huyó de Dios para evitarlo, yo me he descubierto a mí mismo huyendo de Dios. Un par de veces me he molestado con Él. En otras ocasiones, incluso, lo único que he podido murmurar en mi oración es un "no entiendo, me caes mal".

La experiencia de Jonás es común entre todos los cristianos, sean católicos o evangélicos. En ciertos momentos de nuestras vidas (que ocurren con mayor frecuencia de lo que nos gustaría admitir) hemos huido de Dios, a pesar de que alguna parte de nosotros todavía quiere seguirlo.

¿Cómo lidiar con la situación, con estas ganas de huir del Todopoderoso? María.

Cuando me he sentido molesto o triste con Dios, claro que sigo orando directo a Jesús. Pero el desierto espiritual es tan seco que me escondo en los brazos de mi madre y le digo: "ya no puedo, quiero rendirme". La Virgen María me abraza y me apapacha por un rato. Me consuela como solo una madre sabe hacer. Pero, finalmente, siempre me dice: haz todo lo que Él te diga.

Así como en las bodas de Caná "dijo a los que servían «Hagan todo lo que él les diga»" (Juan 2:5), cuando recurro a María ella siempre termina diciéndome lo mismo: haz todo lo que Él te diga. Todo.

Recurrir a María no implica llegar al cielo por otro camino fuera de Jesús. Venerar a María no exige adorar a alguien fuera de Dios. Al contrario, ella nos acompaña, nos alienta como madre que es y nos anima a seguirlo hasta el pie de la cruz, como también ella hizo. Venerar a María simplemente significa reconocer que nos parecemos bastante a Jonás y que necesitamos de alguien que nos aliente a seguir adelante. Necesitamos de alguien como María, que sea —al mismo tiempo— cercana a Cristo y a nosotros; lo suficientemente cercana para ayudarnos a seguir adelante en nuestra búsqueda de santidad.

A pesar de que, técnicamente, venerar a María no es un requisito para alcanzar la salvación, sí que es un hábito que nuestra humanidad huidiza nos agradecerá por siempre.

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Diego Hernández

Soy un nerd de tiempo completo que en sus ratos libres se dedica a escribir código, tomar café y leer. Ah, y de vez en cuando también juego a defender la fe!