Primera Vía Tomista

Apologética Cristiana 19 de ago. de 2022

La experiencia humana es complicada. Todos—tanto creyentes como no creyentes—eventualmente nos enfrentamos a situaciones difíciles que nos orillan a hacer las preguntas pesadas; nos obligan a cuestionarnos la realidad en la que vivimos.

No es tan raro encontrarse con algún cristiano que dude de la existencia de Dios. Tampoco es inusual encontrarse con quien no sepa responder si Dios existe o no. Incluso los ateos—que afirman que Dios no existe—tienen que preguntarse lo mismo en algún punto de sus vidas: ¿existe tal cosa como lo divino?

A lo largo de nuestras vidas, Dios se hace presente y nos busca. Como Nouwen Machiel (1995) sabiamente dice, la pregunta no debería ser «¿Cómo encuentro a Dios?», sino más bien «¿Cómo voy a dejarme encontrar por Él?». Sin embargo, cuando las dudas asechan, es bueno saber que la existencia de Dios se puede comprobar filosóficamente.

Santo Tomás de Aquino—un profundo santo y teólogo de la Iglesia Católica—escribió una obra llamada Summa Theologiae (latín para "resumen de teología") en la que presenta cinco argumentos para probar la existencia de Dios. A continuación, explicaremos tan solo el primero de ellos, que se conoce como la Primera Vía o el Argumento desde El Movimiento.

Actualidad y Potencialidad

Santo Tomás se dió cuenta de que todas las cosas que observamos son una "mezcla" de actualidad y de potencialidad. Por ejemplo, el agua en un vaso puede estar actualmente fría y potencialmente caliente. El potencial hace referencia a lo que algo puede ser, mientras que actualidad refiere a lo que algo es en ese preciso momento.

Esta mezcla de actualidad y potencialidad es respecto a una sola propiedad en determinado momento. Por ejemplo, es posible que el agua esté caliente actualmente y pesada actualmente, porque la temperatura y el peso son propiedades distintas. Pero cuando se trata de la misma propiedad, es imposible que pase esto. Por ejemplo, el agua puede ser líquida actualmente y sólida potencialmente. Pero es una contradicción decir que el agua es líquida actualmente y—al mismo tiempo—es líquida potencialmente. Esta propiedad del estado de la materia no puede ser líquida y no-líquida al mismo tiempo; o tiene potencial para ser líquida o ya es líquida actualmente.

Actualización

Santo Tomás se dió cuenta de que, cuando algo pasa de ser potencial a ser actual, tiene que ser actualizado por algo más.

Volvamos al ejemplo del agua: si el agua de un vaso es potencialmente sólida y se vuelve actualmente sólida, pasa de lo potencial a lo actual respecto a su propiedad del estado de la materia. Ahora bien, el agua que es potencialmente sólida (es decir, líquida o gaseosa) no puede volverse sólida por sí misma. El agua (líquida o gaseosa) necesita algo externo a ella (como la temperatura de un congelador) que la actualice para que se vuelva sólida.

Esto sucede con todas las cosas que cambian de ser potenciales a ser actuales: necesitan algo externo a ellas que las actualice.

Movimiento

En este argumento, cuando Santo Tomás se refiere a movimiento, más que de movimiento a través del espacio, está hablando de cambio—cualquier tipo cambio.

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Cuando hablemos de movimiento en este argumento, a menos que se indique lo contrario, nos estaremos refiriendo a la definición tomista de la palabra.

Ahora bien, cualquier cosa que sea actualizada está experimentando un cambio, y viceversea. Por lo tanto, cuando hablamos de movimiento, hablamos de actualización. Si decimos que nada puede actualizarse a sí mismo sino que debe ser actualizado por algo externo, entonces podemos decir que nada puede moverse por sí mismo sino que debe ser movido por algo externo.

Causas

Santo Tomás observó que todo lo que se mueve tiene una causa externa.

Por ejemplo, un vaso de agua cambia de posición espacial: estaba al centro de una mesa y se movió al borde. En otras palabras, experimentó movimiento (en el sentido tomista). ¿El vaso se movió por sí mismo? No. ¿Cuál es la causa de ese movimiento? Podríamos decir que fue mi mano: yo agarré el vaso y lo moví del centro al borde. Sin embargo, mi mano también experimentó movimiento, pero no se pudo haber movido sola. ¿Cuál fue la causa? Podríamos decir que los procesos químicos y eléctricos en mi cuerpo causaron el movimiento de mi mano. Estos procesos corporales, a su vez, experimentaron movimiento y, por lo tanto, tienen una causa.

Sin embargo, esta sucesión de causas no se puede extender hacia el infinito, porque de ser así no estaría explicando nada.

El Infinito

¿Por qué una sucesión infinita de causas no explica nada? Imagínate un candelabro que está suspendido en el aire:

Ahora, ese candelabro tiene una cadena que sube, pero le falta un eslabón para sostenerse del techo. ¿Qué debería pasar? Se debería caer al piso, ¿no? Pero vemos que eso no está pasando, sino que se queda suspendido. Ahora, imagina que el techo se eleva 1,000 metros y que a la cadena del candelabro le agregas miles de eslabones más, pero ninguno de ellos llega a conectarse con el techo. ¿Por qué el candelabro está suspendido? Ahora, imagina que el techo se eleva otros 5,000 metros y que agregas otros tantos miles de eslabones pero ninguno jamás toca el techo. ¿Por qué el candelabro está suspendido?

Si ya vimos que el candelabro está suspendido y que agregar miles de eslabones más no explica por qué, ¿cómo es que una infinidad de eslabones explicaría algo?

Una sucesión jerárquica de causas siempre tiene que tener un principio.

Sucesiones Lineares vs. Sucesiones Jerárquicas

Es importante distinguir entre sucesiones lineares de causas y sucesiones jerárquicas de causas.

Imagínate un vaso de agua que estaba al centro de una mesa pero lo moví al borde. El vaso de agua dependió de mi movimiento en cierto instante del tiempo, pero ahora puede permanecer en el borde de la mesa sin depender de mí. Este tipo de sucesiones de causas son lineares.

Ahora bien, imagínate un vaso de agua que está sobre una mesa en el segundo piso de una casa. Si quitas la mesa, el vaso se cae. Si quitas la casa, el vaso se cae. Si quitas la Tierra, el vaso se cae. Es decir, la posición constante del vaso es continuamente dependiente de todas y cada una de las causas que lo sostienen. A este tipo de sucesiones de causas se les llama jerárquicas.  

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En una sucesión jerárquica de causas, el objeto movido es continuamente dependiente de su movedor. En una sucesión linear esto no sucede.

Juntándolo todo

Es hora de juntar todo lo que hemos aprendido para construir un argumento a favor de la existencia de Dios:

Continuamente observamos objetos cuyas propiedas cambian, pasan de ser potenciales a ser actuales. Pero sabemos que todo lo que se mueve, debe ser movido por algo externo. La sucesión jerárquica de causas que explican el movimiento que observamos no puede extenderse hacia el infinito, tiene que haber un "primer movedor" que no es movido por nada. Ese primer movedor—causa fundamental del universo—es Dios.

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Nota Interesante: El Primer Movedor (osea Dios) no puede ser movido por nada. De lo contrario, tendría una causa y no sería, entonces, el Primer Movedor. Esto significa que Dios nunca pasa de potencial a actual, sino que Él es actualidad pura.

Por ejemplo, piensa en tu corazón. Está en constante actualización porque continuamente pasa de estar potencialmente comprimido a estar actualmente comprimido y viceversa. Sabemos que el corazón no se puede actualizar solo, sino que tiene que ser algo externo a él lo que lo actualice. Podríamos decir que lo que actualiza al corazón son los procesos químicos y eléctricos en tu cuerpo. Estos procesos, a su vez, están experimentando movimiento constantemente, ya que las cargas eléctricas y químicas hacen reacción y cambian. Sabemos que los procesos no se pueden actualizar solos, sino que tiene que ser algo externo a ellos lo que los actualice. Podríamos decir que lo que actualizan a los procesos son los átomos de tu cuerpo. Estos átomos, a su vez, están experimentando movimiento constantemente, ya que sus electrones pasan de potencialmente ocupar cierto espacio a actualmente ocupar ese espacio. Sabemos que los átomos no se pueden actualizar solos, sino que tiene que ser algo externo a ellos lo que los actualice. Como podemos ver, esta sucesión de causas es una jerárquica, ya que el corazón depende continuamente de cada uno de los eslabones en la sucesión: si desapareces los procesos químicos, el corazón se deja de mover; si desapareces los átomos, el corazón se deja de mover; etc... Esta sucesión jerárquica no se puede extender hasta el infinito. Como vemos que el corazón sí se mueve, significa que debe de haber un primer movedor que explique toda la sucesión jerárquica. Al primer movedor, que no es movido por nada, y que es la primera causa de actualización, lo conocemos como Dios.

Para saber más...

Si quieres comprender a mayor profunidad, te recomendamos que leas «Does God Exist?: A Socratic Dialogue on the Five Ways of Thomas Aquinas» de Matt Fradd.

Does God Exist?: A Socratic Dialogue on the Five Ways of Thomas Aquinas

Si quieres una manera fácil y divertida de entender los cinco argumentos de Santo Tomás de Aquino para la existencia de Dios, este libro es para ti. Escrito como un diálogo entre Lucy y AJ en una cafetería, estos argumentos son presentados por Fradd y Delfino en un lenguaje cotidiano, con ejemplos y analogías útiles, y planteando y respondiendo objeciones a lo largo del camino. Los recursos adicionales al final del libro profundizarán tu comprensión del material, te ayudarán a crecer en sabiduría y fortalecerán tu fe.

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Bibliografía

Machiel, N. H. J. (1995). The return of the prodigal son: A story of homecoming. Doubleday.

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Diego Hernández

Soy un nerd de tiempo completo que en sus ratos libres se dedica a escribir código, tomar café y leer. Ah, y de vez en cuando también juego a defender la fe!